Impermeabilizaciones: materiales y modos de empleo.
Durante las últimas décadas, el sector de la construcción ha experimentado avances considerables en todos los aspectos: innovación en materiales, en técnicas de empleo, en seguridad y prevención… Es un sector en constante reinvención para intentar llevar a cabo las obras en el menor tiempo posible ahorrando costes de producción e intentando mejorar la calidad y el confort de las viviendas.
En nuestra especialidad, las impermeabilizaciones, la búsqueda constante de nuevos materiales y nuevas técnicas de empleo nos ha obligado a estar inmersos en un proceso de formación constante. Adaptarse a estos nuevos materiales e ir aprendiendo las técnicas de colocación durante estos años, ha sido la base de nuestra empresa.
Dentro de los materiales que empleamos para realizar los trabajos de impermeabilización, podemos diferenciarlos en tres grandes familias: asfálticas, PVC y caucho EPDM.
Por un lado, el método más tradicional empleado durante los últimos 50 años ha sido las láminas asfálticas. Una tela formada por un núcleo o armadura de diferentes materiales (fibra de vidrio, polietileno, o poliéster) envuelta a ambos lados con una mezcla de productos asfálticos que tras solidificarse forman un “sándwich” con un peso que varía, normalmente, entre los 3 y 6 Kg/m2.
La colocación de estas láminas se realiza mediante una soldadura con fuego directo sobre el producto. Se pueden colocar de manera flotante sobre el soporte o adheridas a la superficie previa aplicación de una imprimación asfáltica a la base a trabajar.
El segundo tipo de láminas de impermeabilizaciones del que vamos a hablar es la lámina de PVC. Una tela sintética más fina que la primera, aunque con unas características superiores en cuanto a flexibilidad y resistencia. Al igual que las asfálticas, también contienen en su interior un núcleo formado por una armadura de diferentes materiales que le confiere resistencia y estabilidad.
La colocación de estas telas se realiza mediante soldadura de aire caliente entre las láminas y, a diferencia de las asfálticas, los remates en esquinas, rincones, sumideros, … se realiza mediante el empleo de piezas prefabricadas del mismo material. La colocación se realiza habitualmente de manera flotante con respecto del soporte y protegiéndolo con una lámina geotextil para evitar su punzonamiento tanto desde la parte inferior como la superior.
Y en tercer lugar, el método que más empleamos en grandes superficies, es la colocación de láminas de caucho EPDM; unas láminas de altas prestaciones en cuanto a flexibilidad, estabilidad y durabilidad en el tiempo. Se puede emplear en cubiertas, balsas, estanques…
La unión de las láminas se realiza mediante la limpieza inicial de la superficie y juntas y masillas de butilo que aseguren la unión entre capas y eviten filtraciones.
Es muy importante saber elegir cada producto en función de las necesidades de la obra. Te recomendamos que cuentes siempre con un especialista para este tipo de trabajos y así evitar problemas posteriores cuya solución siempre es complicada y costosa.
Si necesitas ampliar esta información, no dudes en contactar con nosotros y te asesoraremos.